Tres criaturas salen de un letargo, se encuentran en un futuro distópico donde conviven con el plástico. Intentan dar vida al esqueleto de una gran ballena con la que conviven y juegan. Van dejándose llevar por sus deseos ligados al abuso del plástico que acaba por invadir y apoderarse del mundo que les rodea.
Una parodia de la humanidad a través de un lenguaje poético y sugerente.
A través de un universo plástico, una dimensión acuática algo mágica y las criaturas que moran su escena, exploramos en nuestros desechos, desde la comicidad y la expresividad del movimiento .
Hablamos de nuestra realidad desde la fantasía compartiendo un mundo imaginario a través de la ironía, el absurdo y un tono bufonesco.
Una estructura de una ballena de amplias dimensiones pone en evidencia el contraste entre el artificio que supura el humano y la salvaje naturaleza de la que dependemos. Nos ubicamos en un entorno marino para transmitir atmósferas, situaciones y emociones, que evoquen reflexiones en torno a nuestro estilo de vida desde un velado prisma ecologista.